Labubu, un pequeño “monstruo” con dientes afilados, pelaje desordenado y ojos redondos, ha causado fervor a nivel mundial. Con diseños especiales, Labubu no solo ha atraído a numerosos seguidores jóvenes, sino que también ha abierto un nuevo camino hacia la internacionalización de las marcas culturales chinas, convirtiéndose en una muestra vívida de la integración del “Hecho en China” abierto e innovador y el mercado globalizado.
I. Secreto del éxito: conexión emocional y diálogo cultural
Primero, Labubu ofrece una aportación emocional. Una de las ventajas del peluche viral es su captación precisa de las necesidades emocionales de los jóvenes. En esta era de sobrefiltrado en redes sociales, la estética “fea pero adorable” que propone Labubu constituye en sí misma una desobediencia visual a los cánones dominantes, encajando justo con el anhelo de los jóvenes de abrazar la autenticidad, expresar la individualidad y buscar el consuelo emocional.
Segundo, Labubu se ha convertido en una “moneda social” entre coleccionistas. El consumo experiencial mediante cajas sorpresa y el marketing de escasez con ediciones limitadas de Pop Mart, y el respaldo de celebridades internacionales como el futbolista David Beckham, la cantante Rihanna y la estrella del K-pop Lisa, han impulsado su propagación viral en la red, creando ricos escenarios sociales en línea y fuera de línea para los jóvenes, satisfaciendo su fuerte necesidad de pertenencia comunitaria e identidad.
Tercero, Labubu encarna la empatía cultural. A diferencia de las figuras orientales como Nezha, el protagonista de una película china fenomenal, la inspiración creativa del diseñador Kasing Lung proviene de sus años de estudio y vida en Europa del Norte, dando vida a figuras con una “estética sin fronteras”. Estas criaturas trascienden barreras culturales y estéticas, fusionándose armoniosamente con culturas locales en todo el mundo.
II. De “Hecho en China” a “Creado en China”: la colaboración industrial impulsa el desarrollo de un nuevo paradigma de globalización
El éxito del fenómeno global de Labubu no se logra con esfuerzo unilateral, sino mediante una cadena industrial transnacional profundamente integrada.
Primero, el “Creado en China” fomenta la actualización industrial. A lo largo de los más de 40 años de la reforma y la apertura, China ha acumulado sólidas bases industriales y talentos, construyendo un ecosistema industrial completo y un sistema innovador dinámico. Los clústeres avanzados del Delta del río Perla han garantizado la conversión eficiente de los diseños de Labubu en productos terminados refinados, contribuyendo a la actualización de las cadenas globales industriales con innovación tecnológica.
Segundo, la regionalización de la producción. Bajo el contexto de la imposición arancelaria arbitraria de EE.UU., la localización de producción y operación de Labubu en algunos países del Sudeste Asiático no solo ha mitigado el impacto de las fricciones comerciales, sino que también ha materializado la compartición de los dividendos de las cadenas industriales.
Tercero, la localización de las ventas. Actualmente, Pop Mart tiene más de 500 tiendas en el mundo. En regiones como América del Norte, tanto la gestión operativa como las estrategias de mercado están lideradas por talentos locales, aportando así al aumento del empleo local. Este modelo basado en “Creado en China”, la regionalización de la producción y la localización de las ventas ha reconfigurado la tradicional cadena unidireccional de “Hecho en China, Comprado por el Occidente”, formando de esta manera una red colaborativa multicéntrica.
El fenómeno de Labubu ha demostrado que, incluso ante las contracorrientes de la desglobalización, los valores culturales de apertura e inclusión y el concepto de cooperación de ganancias compartidas siguen siendo pilares capaces de tender puentes que conecta el mundo. Hace poco, los equipos económicos y comerciales de China y EE.UU. realizaron la primera reunión del mecanismo de consultas económicas y comerciales en Londres. Ambas partes acordaron en principio el marco de medidas para implementar los consensos importantes alcanzados por ambos jefes de Estado durante su llamada telefónica del 5 de junio y consolidar los resultados de la reunión económica y comercial en Ginebra, y lograron nuevos avances en resolver sus respectivas inquietudes económicas y comerciales. Esto ha demostrado una vez más al mundo que la globalización económica es el camino ineludible para el desarrollo de la sociedad humana, y la tendencia histórica imparable. La globalización apostada por China no es una mera extensión del viejo orden, sino un compromiso firme de compartir oportunidades de desarrollo con todos los países, y promover la globalización económica universalmente beneficiosa e inclusiva con el desarrollo de alta calidad y apertura de alto nivel de China.
Tal como nos inspira la popularidad de Labubu: es necesario ensanchar el espacio de intercambio con una actitud inclusiva, crear fuerza motriz innovadora mediante interacciones culturales y promover la prosperidad global con cooperación de beneficios mutuos y ganancias compartidas.
Tomado de CGTN en Español